Hoy estrenamos una nueva sección.
Cada domingo elegiremos una cita de un libro o una película que nos haya
marcado de alguna manera, y haremos un breve comentario sobre ella. Esta semana
empezaremos con una que hemos repetido sin cesar desde que vimos la película.
“Mi nombre es Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir.”
No tiene un gran significado a
nivel moral, psicológico o emocional, pero es una de las grandes frases de la
literatura y del cine, y a nosotras simplemente nos encanta. Pertenece a un
libro adaptado después a la gran pantalla, titulado “La princesa prometida” de
William Goldman. Es una historia de amor y aventuras a la vieja usanza, ese
tipo de tramas que, aunque estereotipadas, nunca te cansas de leer. Tenemos
unas ganas locas de leerlo, pero nos cuesta bastante encontrarlo en las tiendas
en las que parece estar disponible sólo de segunda mano, y nos resistimos a
hacernos con él en la biblioteca. “La princesa prometida” es una de esas
historias que queremos que termine en nuestras estanterías.
Esta frase es pronunciada,
obviamente, por Íñigo Montoya, un espadachín español que lleva el honor por
bandera y el orgullo por escudo. Un hombre del que el mismísimo Don Quijote de
la Mancha cogería alguna idea para sus muchas locuras. Es el típico personaje
secundario del que no puedes evitar enamorarte. Cada vez que se va a batir en
duelo, pronuncia estas palabras, con la esperanza de que el hombre que tiene
delante sea el asesino de su padre, y pueda culminar, al fin, su venganza
contra el hombre de seis dedos al que ha buscado por veinte años.
Es una de esas frases que sin
duda se pegan y no puedes olvidar. Y te encontrarás repitiéndola con voz
intensa por casa o frente a amigos; ante una escena de un libro o película
similar. Porque Iñigo Montoya y su venganza no pueden ser pasados por alto e
incluso encontrareis que tiene adaptación tanto para escenas dramáticas, las
más obvias, como líneas cómicas.
“Mi nombre es Iñigo Montoya. Tú te has comido las últimas tostadas. Prepárate a morir”
(También sirve si alguien de la
casa se ha comido la última tableta de chocolate y los supermercados están
cerrados.)
En resumen, esta frase nos
encanta y solemos recaer en ella de vez en cuando sin poderlo evitar… (Como
plus, no es fácil encontrar personajes españoles tan épicos en películas
americanas, ya sabéis como les encanta ser los protagonistas intensos.) Si os ha gustado la frase o habéis visto la
película podéis comentarnos qué os parece.
Arantxa y MJ
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