Tipos de escritores y Proyecto Coraza

¡Hola a todas! 

Ha pasado un mes (algo más) desde que os hablé de Proyecto Coraza y ha llegado el momento de volver a retomarlo. Así que he venido a hablar de mi libro jaja. No, ahora en serio, hoy quiero tocar el tema básico de los tipos de escritores porque no tengo nada claro lo que soy y quizá puede ser de ayuda para algún alma perdida como la mía

¡Allá vamos!

Estoy segura que todas hemos escuchado hablar de dos tipos de escritores: los de brújula y los de mapa. Para quien no los conozca van dos definiciones rápidas.

- El escritor de brújula es aquel que improvisa y se deja llevar en todo momento aunque puede tener idea de en que dirección quiere navegar.

- El escritor de mapa es aquel que planifica todo el recorrido antes de partir.

¿Y entre medias? Pues entre medias varios mundos. No creo en los extremos o al menos que la inmensa mayoría esté en ellos, si no que nos movemos en la línea que los une. Y no lo parece, pero es muy larga.

Por ejemplo Ana González Duque nos plantea en su blog El fogón cuatro tipos de escritores, los comentados mapa y brújula, las versiones anglosajonas jardinero (brújula) y arquitecto (mapa), y por último, paisajista que sería una mezcla entre los dos: alguien que estructura los puntos fundamentales (los sitios en los que quiere parar) como por ejemplo los puntos de giro y el final pero sin planificar el resto del viaje.

También me resulta muy interesante y bonito, para qué negarlo, la visión de Ismael Martínez Biurrun que nos chiva Jesús Cañadas en el canal de Youtube de Javier Miró (cuantos nombres en dos líneas). Comenta que él escribe entre las sombras y se deja guiar por los destellos de faros que son las escenas o puntos que tiene claros. Claro no sé, pero poético es bastante.

Y con todo esto me pregunto: ¿qué tipo soy yo? Pues ni idea, para qué vamos a dar rodeos. Pero sí os puedo decir que a lo largo de los años he probado de todo y aunque es un camino que parece interminable, lleva tiempo y bastantes dosis de desesperación, lo cierto es que es muy útil para conocerte. Lo intenté a brújula total y aunque creo que incentiva más la creatividad del momento y es satisfactorio cuando va bien, dependes mucho de tu ánimo y energías. He intentado también hacer algo parecido a los faros de Biurrun; empezar a escribir con  algunas escenas claras en esta cabecita loca, pero sin mucha idea de como hilarlo todo.

Proyecto Coraza es mi primera novela planificada de principio a fin. Siempre me dio mucha pereza hacer una escaleta, me producía estrés y bloqueo, me parecía imposible conseguirlo, pero llevaba tiempo con ganas de probar un sistema de tarjetas. Y para mi sorpresa fue bastante efectivo, lo suficiente para planear (con poca profundidad) la trama al completo. Por el camino he cambiado cosas y me permito improvisar si creo que algo funciona bien de otra manera pero sigo los caminos que me marqué. De primeras es frustrante hacer la escaleta, parece que faltan mil cosas, que no está bien hecha o que es un sinsentido, pero lo importante es ir poco a poco y no tener prisa por terminar el puzzle. No existe un tiempo correcto, ni tampoco hay maneras buenas o malas solo las que os funcione. Os dejo una pequeña muestra de mi locura, bienvenidas... y esto solo es el tercio final de la novela. 

Anécdota rápida: os decía que temía muchísimo planificar una novela y me lanzaba a escribirla sin tener muy claro lo que quería conseguir ni a dónde quería llegar (un error que pagué con creces una vez cuando escribí más de 200 páginas, unas 90.000 palabras y descubrí que la novela estaba fatal planteada y no tenía sentido... vamos, que me tenía que cargar la mayor parte y volver a empezar). 

Un día Arantxa señaló, muy perspicaz ella, que resultaba curioso que esquematizara las entradas del blog antes de escribirlas pero que no lo hiciera con nada de ficción. Y qué queréis que os diga, estuve dándole vueltas un tiempo porque no tenía ningún sentido. Había llegado el momento de intentarlo de verdad de que, quizá, el hecho de que no planease fuera solo miedo al trabajo y el esfuerzo que suponía. Extra en la anécdota: para añadirle más rareza al asunto ella hace lo contrario. No esquematiza las entradas del blog, se lanza a escribirlas, pero sí planea algo cuando escribe ficción.

No creo que haya un sistema mejor ni peor, pero sí creo que es necesario descubrir cuál es el nuestro y para eso hay que probar y darse a uno mismo el beneficio de la duda, no dar por sentado que algo no va a funcionar solo porque sí.

En la entrada anterior os comentaba que me había propuesto varios objetivos. Por un lado quería escribir unas 1.000 palabras cada vez que me sentara a ello y estoy muy orgullosa porque lo he conseguido, y eso que me parecían una burrada. No escribo todos los días, algunos estoy cansada o tengo otras cosas que hacer o simplemente me apetece vaguear y creo que es importante darme ese tiempo de descanso si lo necesito. Pero he intentado escribir todos los días posibles para no perder el hilo ni las ganas porque cuanto más me alejo de la historia más me cuesta volver a retomarla. Las 500 primeras palabras son las peores y suelen fluir mejor la del final cuando estoy más metida en escena y ocurren las cosas interesantes.

También he intentado en la medida de lo posible terminar una escena por día y fue bastante más complicado por una cuestión de tiempo. La mayoría de mis escenas rondan las 2.000 palabras y es demasiado para un día, sobre todo si salgo de trabajar. Algunas veces lo cumplo, pero en general las divido en dos días.

He fallado más en el tema de compartirlo por Twitter, empecé muy bien y después se fueron las fuerzas. Pero lo mantendré como objetivo en lo que me quede de novela.

Acabo de empezar el último tercio y alcancé las 70.000 palabras. Puedo decir que estoy muy contenta con el ritmo y con la historia. No es la mejor del mundo, pero como dijo Celia Añó: permítele a tu novela el derecho a ser fea. Ya tendrás tiempo después para corregirla y refinarla. Y quien dice novela, dice cualquier texto que tengáis entre manos.

Mi intención es escribir el próximo mes de cómo entrar en el modo flow al escribir. Esa sensación, parecida a la alegría de ver un unicornio, que te embarga cuando escribes y las palabras fluyen solas. Sí, esa cosa rara que pasa a veces.

¿Tenéis algún proyecto entre manos? ¿Qué tipo de escritores sois? ¿Lo organizáis todo o preferís que salga solo?

MJ