¡Hola a todos! Hoy os traigo la reseña de una novela del maestro del terror, Stephen King, aunque es una de las que publicó con su seudónimo, Richard Bachman. Es también la primera novela que escribió, a pesar de que la primera que salió a la venta fuese Carrie. El libro en cuestión es La larga marcha.
¡Allá vamos!
En La larga marcha acompañaremos a Ray Garrati a través de un interesante viaje. Cada año se produce La Larga Marcha, un concurso en el que 100 marchadores tendrán que caminar a lo largo de Estados Unidos sin ningún tipo de pausa hasta que sólo quede un superviviente, que recibirá El Premio: lo que sea que el concursante pida.
La larga marcha es una distopía, sí, pero no se centra en eso, al menos no en exclusiva. Es una novela de sentimientos, de miedos, de amistad y de peligros, y sobretodo de supervivencia. No tiene una acción trepidante, los personajes no viven aventuras apasionantes en las que el protagonista aprende y se convierte en el héroe que todos esperamos que sea. Este libro refleja los pensamientos y conversaciones de Ray, en todo lo que pasa por su cabeza para ganar el Premio, para estar de nuevo con su chica, para poder vivir más allá de esa carretera que no se acaba.
Lo que sí podéis encontrar en este libro es personajes interesantes y bien construidos, diálogos con mucha complejidad pero de lectura sencilla, reflexiones interesantes sobre la vida y la muerte, la adolescencia, el sexo, la confianza o la traición. Y dolor... Mucho dolor. Es de Stephen King de quien hablamos, así que todos sabemos que éste no será un libro fácil de leer.
El estilo en el que está escrito también es muy interesante. Hace poco leí los consejos del autor para escribir mejor y ha hecho la lectura más entretenida, ya que no sólo he disfrutado de una gran historia, si no que además he podido comprobar qué hace para aplicar las reglas que él mismo se ha impuesto. Pero no es sólo por eso por lo que me ha llamado la atención. Aunque es un narrador es en tercera persona, estamos todo el tiempo metidos dentro de la cabeza del protagonista, así que podemos ver hasta qué punto el sistema que Stephen King ha establecido en su novela (un world building sencillo, pero efectivo) ha manipulado las mentes de sus ciudadanos. No es casualidad que los concursantes sean voluntarios (los jugadores salen por sorteo, pero todos se han presentado por deseo propio a la selección), o que tengan incluso la oportunidad de retirarse en un plazo establecido, o que jamás se mencionen las palabras "matar" o "asesinar", si no que "se da el pasaporte". Esos eufemismos, esas premisas dentro de La Larga Marcha le dan un toque aún más aterrador, ya que en la propia cabeza de quien sufre los abusos se minimiza lo que le ocurre, por lo que rebelarse contra ellos es menos probable. Y por desgracia, eso es cada vez más habitual en la vida real.
Los personajes están muy bien desarrollados, pero tengo un problema con ellos: no puedo empatizar con ninguno. Y gracias a eso por fin me doy cuenta de por qué Stephen King no me acaba de convencer del todo. Esta novela ha sido escrita durante los 70, así que entiendo que es otra época y las mentalidades, por suerte, cambian con el paso del tiempo. Pero no puedo con el machismo y la homofobia con la que escribe. Quizá tenga una intención irónica o crítica, pero a mi me pone histérica. Para empezar, hay marchadores, ninguno de ellos es una mujer. Y los comentarios que sueltan se limitan a criticarlas por el físico o cosificarlas y sexualizarlas. Admito que los personajes son adolescentes y que el libro es de otra época, pero que Víctor Hugo me parezca más progresista viviendo en el siglo XIX me parece grave. Y respecto a la comunidad LGTB... Mejor ni hablamos. Repito que quizá sea una forma de crítica irónica, pero si lo es, no la pillo y no me la creo.
En resumen, La larga marcha es una distopía que se aleja completamente de lo que estamos acostumbrados a día de hoy, y resulta tan entretenido como aterrador.
¿Habéis leído el libro? ¿Qué os ha parecido?
Arantxa
Lo que sí podéis encontrar en este libro es personajes interesantes y bien construidos, diálogos con mucha complejidad pero de lectura sencilla, reflexiones interesantes sobre la vida y la muerte, la adolescencia, el sexo, la confianza o la traición. Y dolor... Mucho dolor. Es de Stephen King de quien hablamos, así que todos sabemos que éste no será un libro fácil de leer.
El estilo en el que está escrito también es muy interesante. Hace poco leí los consejos del autor para escribir mejor y ha hecho la lectura más entretenida, ya que no sólo he disfrutado de una gran historia, si no que además he podido comprobar qué hace para aplicar las reglas que él mismo se ha impuesto. Pero no es sólo por eso por lo que me ha llamado la atención. Aunque es un narrador es en tercera persona, estamos todo el tiempo metidos dentro de la cabeza del protagonista, así que podemos ver hasta qué punto el sistema que Stephen King ha establecido en su novela (un world building sencillo, pero efectivo) ha manipulado las mentes de sus ciudadanos. No es casualidad que los concursantes sean voluntarios (los jugadores salen por sorteo, pero todos se han presentado por deseo propio a la selección), o que tengan incluso la oportunidad de retirarse en un plazo establecido, o que jamás se mencionen las palabras "matar" o "asesinar", si no que "se da el pasaporte". Esos eufemismos, esas premisas dentro de La Larga Marcha le dan un toque aún más aterrador, ya que en la propia cabeza de quien sufre los abusos se minimiza lo que le ocurre, por lo que rebelarse contra ellos es menos probable. Y por desgracia, eso es cada vez más habitual en la vida real.
Los personajes están muy bien desarrollados, pero tengo un problema con ellos: no puedo empatizar con ninguno. Y gracias a eso por fin me doy cuenta de por qué Stephen King no me acaba de convencer del todo. Esta novela ha sido escrita durante los 70, así que entiendo que es otra época y las mentalidades, por suerte, cambian con el paso del tiempo. Pero no puedo con el machismo y la homofobia con la que escribe. Quizá tenga una intención irónica o crítica, pero a mi me pone histérica. Para empezar, hay marchadores, ninguno de ellos es una mujer. Y los comentarios que sueltan se limitan a criticarlas por el físico o cosificarlas y sexualizarlas. Admito que los personajes son adolescentes y que el libro es de otra época, pero que Víctor Hugo me parezca más progresista viviendo en el siglo XIX me parece grave. Y respecto a la comunidad LGTB... Mejor ni hablamos. Repito que quizá sea una forma de crítica irónica, pero si lo es, no la pillo y no me la creo.
En resumen, La larga marcha es una distopía que se aleja completamente de lo que estamos acostumbrados a día de hoy, y resulta tan entretenido como aterrador.
¿Habéis leído el libro? ¿Qué os ha parecido?
Arantxa
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