El vicio del poder: una película de peces, camareros y soliloquios

¡Hola a todos! Si recordáis nuestros favoritos del mes (que os dejo aquí), sabréis que ambas coincidimos en que El vicio del poder fue nuestra película favorita por goleada; así que, ¿cómo no íbamos a traer reseña y fangirlear un poco?

¡Allá vamos!

Título original: Vice

Año: 2018

Dirección: Adam McKay

Guión: Adam McKay

Reparto: Christian Bale, Amy Adams, Steve Carell

Banda sonora: Nicholas Britell

El vicio del poder nos cuenta la vida de Dick Cheney, un hombre que no aspiró a nada en la vida y gracias a su mujer acabó gobernando los Estados Unidos en la sombra, bajo el cargo de vicepresidente durante la legislatura de George Bush, hijo (un cargo hasta el momento obsoleto).

A grandes rasgos parece una película biográfica aburrida más, ¿verdad? Uno de esos dramas hiperprofundos sobre el patriotismo y el deber que siempre triunfan en los Óscar, donde el sufrimiento del protagonista y su lucha constante hace de él un gran líder en tiempos de crisis, aprende a superar obstáculos y... ¡que vivan los Estados Unidos de Ámerica! Lo parece, no lo neguéis. Y os daríais la primera leche en la cara de todas las que vais a recibir si decidís ver esta película.

Es una biografía, sí, pero no por ello es dramática, ni patriótica (dentro del pensamiento estadounidense estándar), ni motivadora, ni Mr. Wonderful. Es una comedia negra en todo su esplendor, y cuando digo comedia, digo comedia: se ríe del protagonista, de Estados Unidos, del Presidente de turno, del narrador... Y del espectador; se ríe muuuuuuucho del espectador. Si no tenéis este tipo de sentido del humor, no la veáis porque os cabreará un montón. Toda la película es una leche en la cara tras otra, como os comentaba antes. Nos pone una serie de premisas e información real y tú puedes hacer con ella lo que quieras, pero creo que en general os sorprenderéis de lo fácil que es manipularnos, de una manera o de otra (estoy conteniéndome mucho para no soltar spoilers, porque ¡madre mía!).

He leído mucho por ahí que es una película panfletaria. Mi pregunta es: ¿qué película no lo es? Toda obra, no sólo las películas, tiene una carga ideológica, incluso las más blancas. Todos tenemos ideas, por lo que es imposible que no se note en aquello que creamos, más aún cuando nuestra decisión sea no poner nada ideológico; esa decisión ya implica una ideología, es imposible salir de ese círculo. Si, además, nos encontramos con una película sobre política, ¿cómo no va a ser panfletaria? Todas sin excepción lo son, ¡se crearon para eso! Que te guste o no esa ideología o esa forma de ver la película, es otra cuestión, pero no intentes colarme que es una película muy sesgada porque a estas alturas hay que saber que todas lo son. La única diferencia es que ésta te lo dice a la cara.

El montaje es jugar en otra liga, es que todo lo que pueda decir se va a centrar en lo mismo: vais a recibir una leche en la cara tras otra, ¡y me encanta! El montaje es otro elemento más para ello, pero lo hacen con una maestría que estoy enamorada del equipo técnico, es que es otro nivel. No voy a soltar spoilers, pero sí voy a decir que una de mis cosas favoritas es cómo rompen una y otra vez la cuarta pared, sobre todo al final de la película. ¿Os he dicho ya que somos muy fáciles de manipular? Ved la película y ya lo comprobaréis, sólo os digo eso.

Las interpretaciones son muy, muy buenas. El otro día discutíamos MJ y yo sobre que no destacaban mucho, y es verdad; pero entonces yo me preguntaba: si tienen que hacer de personas normales y,sobretodo, reales, ¿no es eso precisamente una señal de lo buenos actores que son? Es un poco confuso, lo sé, pero la misión del reparto no es destacar, es meterse en la piel de gente que existe y que hemos visto en las noticias (al menos lxs viejunxs como yo). Un ejemplo claro sería comparar a James McAvoy en Glass con Christian Bale en esta misma cinta. James McAvoy tiene que interpretar a un ser humano con 24 personalidades distintas, su papel (o papeles) es para lucir sus dotes interpretativas. Christian Bale tiene que hacer de un señor gris que ha llevado a Estados Unidos a una guerra que nadie quería (entre otras muchas cosas). Su misión es ser natural, no destacar, y si lo hace de manera tan natural que incluso comentamos que su actuación no es nada del otro mundo, pero al mismo tiempo nos lo creímos cien por cien al ver la trama ¿no significa que lo ha hecho de sobresaliente?¿Qué pensáis vosotros?

En resumen, El vicio del poder se ha convertido sin duda en una de mis películas favoritas de este año (¡y sólo estamos en febrero!). Si os interesa un poco la política, el uso de los medios de comunicación y el humor negro, no os la perdáis. ¡Y quedaos hasta el final!

Nota: 9

¿Habéis visto la película? ¿Y alguna de los Óscar? ¿Cuál creéis que ganará?

Arantxa