viernes, 14 de diciembre de 2018

Como agua para chocolate, de Laura Esquivel

¡Hola a todos!

Esta reseña es un poco especial porque hace tiempo encontré este libro en un mercadillo y me enamoré de él. No tenía ni idea de qué iba, como podéis ver, está forrado, pero tanto cariño y tiempo dedicado al forro y a la dedicatoria que encontré dentro, me llegó al corazón. En realidad no importa si un libro te gusta mucho o poco, lo que importa es que te lo regalaran con cariño y este tiene cariño por todos lados, no me pude creer que alguien lo vendiera.


¿A qué es una preciosidad?


No le lío más, ¡vamos con la reseña!

-Título: Como agua para chocolate
-Autor: Laura Esquivel
-Nº páginas: 210

A través de recetas, una por cada mes del año, Laura Esquivel nos presenta la historia de Tita cuya infancia pasó en la cocina familiar, de la que después fue cocinera; y cuyo, principal amor, fue prohibido por la vieja tradición familiar en la que su madre, Mamá Elena la obligaba, como la menor de sus hijas, a nunca formar familia propia para cuidarla hasta su muerte.

La historia está enmarcada en la época de la Revolución mexicana y temas como la libertad, la opresión, el amor o las tradiciones arcaicas son el telón de fondo para la historia de amor de Tita, de la que es fácil encariñarse, y las recetas solo son una excusa para dárnosla a conocer. Aviso de antemano que es posible que entre hambre.

En este aspecto le pondría una pega y es que a veces sentía que la narración eran interrumpida por las recetas y viceversa. Se entendía bien cuando comenzaba uno u otro pero se entremezclaba y, en mi gusto personal, me sacaba de las escenas. Algo parecido (culpa mía) me pasaba con el vocabulario de cocina, que es muy específico y no conocía la mayor parte de los ingredientes, lo que me dificultó un poco la lectura.

En cuanto a los personajes, a veces tenía ganas de meterme en el libro y darme de mamporros con ellos. Por un lado los entendía en cuanto a época y situación y, por otro, me llegaban a desesperar. Es muy fácil conectar con Tita, en especial en la parte de infancia y juventud, pero para nada lo es hacerlo con Mamá Elena que representa la opresión y tiene un carácter fuerte y terrible. Gertrudis, en cambio, la mediana de las tres hermanas, me enamoró mucho por su historia, totalmente inesperada.



Una de las cosas más maravillosas de Como agua para chocolate es el género en el que se enmarca, un realismo mágico que tanto te planta los pies en la tierra con crudeza, como te deja volar con las sensaciones y emociones que refleja. Es un estilo muy imaginativo y rico.

Con todo, pese a no ser una mala novela, ni de lejos no sentí que conectara mucho con la historia (quizá querer dar mamporros a los personajes tiene algo que ver) y me dejó algo fría la historia de amor. Una pena porque me gustó mucho la forma en la que las escenas estaban escritas.

¿La habéis leído? ¿Qué os pareció? ¿Os gustan los libros sobre historias prohibidas de amor?

P.d.: Como agua para chocolate fue adaptada al cine en 1992.

MJ

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