viernes, 7 de septiembre de 2018

"Nacidos de la Bruma I: El imperio final": la prueba de que Brandon Sanderson es el p**o amo

¡Hola a todos! 

No os voy a engañar, esta reseña me da bastante miedete. Hace un par de semanas, gracias a un vídeo de Vanfunfun (pinchad aquí si os interesa verlo), decidí volver a empezar "El imperio final", de Brandon Sanderson, después de abandonarlo hace un año, más o menos. El problema es que se ha consolidado como uno de mis autores de referencia, y reseñar mal uno de sus libros es demasiado fácil, pero intentaré hacerlo lo mejor posible.

"El imperio final" es el primer libro de la primera trilogía de "Nacidos de la Bruma", y forma parte del Cosmere o universo sandersiano en el que cada planeta tiene unos sistemas de magia distintos. En este primer libro nos centramos en la historia de Kelsier y Vin, dos personajes que aparentemente no tienen nada que ver: uno es un revolucionario, el Superviviente Hathsin (unos pozos a los que llevan a los condenados y de los que nunca salen), alguien que está buscando problemas para lograr un fin mayor. La otra es una ladrona que ha aprendido a ser invisible, a reconocer que todo el mundo puede traicionarla, que tiene que aprender a soportar el dolor y sólo puede confiar en su "suerte". Sin embargo, ambos tienen algo en común: la alomancia, o el poder que deriva de los metales. Su encuentro ayudará a forjar la mayor alianza para derrocar al Gran Legislador, el ente que gobierna el Imperio.
¿Me ha gustado? No, me ha encantado, pero es tan complejo explicar por qué que iré por secciones, ya que es imposible para mi hacer un resumen de sus pros y sus contras:

- Los personajes: no son la gran piedra angular de Sanderson, pero eso no significa que no los mime. Todos están perfectamente construidos, no hay un sólo secundario sin sus virtudes y sus defectos, sus motivaciones, ideas y comportamientos concretos. Desde los protagonistas hasta el secundario que aparece casi como un cameo, todos tienen profundidad, y eso es maravilloso. Incluso el propio Gran Legislador es increíblemente complejo, ¡y eso que te pasas todo el tiempo preguntándote si es una persona! Cada uno puede tener sus favoritos por distintas razones, no es de esos libros en el que el 100% se encariña de un personaje (ejem, Tyrion, ejem), si no que cada uno podríamos tener un favorito distinto, aunque reconozco que es difícil no querer a ambos protagonistas. 

- La historia: el argumento lo tiene todo, y bien condensado, desde escenas de acción a intrigas políticas, pasando por magia, religión, filosofía, estrategias militares y de atracos, golpes de estado, traiciones, amor... Incluso jardinería, todo lo que se os pueda ocurrir está en este libro. ¿Lo mejor? No se hace pesado. Brandon Sanderson sabe describir y explicar todo acerca del mundo que ha creado pero sin dedicar páginas y páginas de descripciones explicando el por qué de las cosas. ¡Gracias, Brandon!



- La ambientación: no había caído hasta que me puse a escribir esta reseña, pero este autor tiene la capacidad de que ames u odies su propio mundo según avanza la historia o interactúan los personajes con el ambiente. Te imaginas un mundo de ceniza, de suciedad, todo gris y oscuro, donde las brumas parecen dominarlo por completo... Y va avanzando la trama y, sin que nos percatemos, no sólo nos hemos acostumbrado a él, si no que le hemos cogido cierto cariño. Y un personaje nos explica cómo era ese lugar antes de que el Gran Gobernador se hiciese con el Imperio y sientes la nostalgia de lo perdido, pero sigues avanzando y de nuevo las brumas son lo más. ¿Cómo se le puede coger cariño a la ambientación? ¿Vais entendiendo ya el título y el comienzo de la entrada?

- El sistema de magia: vamos al meollo del asunto, lo más importante es cualquier obra de Brandon Sanderson, la magia. No es un sistema corriente. No se trata de los X-Men, que cada uno tiene un poder a causa de la genética y cada uno lo utiliza como quiere. Eso es demasiado sencillo para este hombre. Lo que hace el autor es crear un sistema de magia para cada "planeta" del Cosmere con sus propias reglas y su sistema físico o químico concreto. Es casi más ciencia ficción que fantasía (como Vanfunfun decía, no me voy a llevar el mérito de esa idea), está todo muy bien estructurado y con una base científica bastante sólida. En este caso la Alomancia consiste en utilizar los metales que unos pocos pueden metabolizar y utilizar para mejorar sus capacidades físicas y mentales. Algunos pueden utilizar sólo un metal y un grupo aún más reducido puede utilizarlos todos. De esta manera podrían, por ejemplo, incrementar su fuerza bruta y ser más perceptivos que un ser humano corriente. ¡Ah! Y lo establece de tal manera que no haya fallos y posibles deus ex machina, cada uno es vulnerable a su propio sistema. ¿Es o no es el p**o amo? ¡Este hombre no puede molar más!



- Fallos: alguno tenía que tener, ¿no? Para mí la única pega que le pongo a la novela es el romance; no me parecía necesario y creo que aunque está bien escrito no acaba de funcionar del todo, al menos para mí.

- Extra: no tenéis que leeros toda la saga, porque este libro se puede leer de manera autoconclusiva sin ningún problema. Otra cosa es que seáis capaces de terminar ahí de leer. Ahí os lo dejo.

En resumen, haced caso al título de la entrada y leedlo. Eso sí, mi recomendación del día es que lo hagáis en el momento adecuado, cuando realmente sintáis que queréis leer algo más o menos denso y de fantasía.

Nota: 9

¿Habéis leído "El imperio final"? ¿Qué os ha parecido? ¿Cuál es vuestra novela favorita de este autor?

Arantxa 

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